Nota de Gonzalo Pizarro García, Diario El Sur, domingo 10 de diciembre.
Asistir regularmente al gimnasio, utilizar productos farmacológicos para controlar el peso o someterse a cirugías plásticas son acciones cada vez más regulares en los tiempos que vivimos. El cultivo del cuerpo, la imagen o apariencia física son prácticas presentes en el mundo, de la cual Chile no se escapa, acentuándose en las generaciones más jóvenes.
Pero el “verse bien” tiene un significado más profundo que el mero afán esteticista de las personas, se relaciona con la creciente necesidad de valorarse por lo que hay en el “exterior” más que por lo que se encuentra en el “interior”.
“Comprender las prácticas y significados de lo corporal” en jóvenes de nuestra zona y la capital es un objetivo que persigue un estudio desarrollado en los últimos dos años por profesionales del Departamento de Sociología de la Universidad de Concepción (UdeC).
Rodrigo Ganter, investigador responsable del proyecto, explica que todo lo que se refiere a mantener una apariencia aceptada por la mayoría se transformó en un nuevo mandato social, el que, eventualmente, pone en riesgo el equilibrio emocional de las personas y su salud (cuando se lleva a un extremo), además de acentuar las desigualdades en los estratos sociales.
Diversos mercados e industrias “refuerzan la preocupación por el cuerpo y la autoimagen”, dice Ganter. Las ventas de los productos de belleza y cuidado personal crecen a un ritmo de 7% anual, lo que se suma a la expansión de centros de estética. La farmacología ligada al control del peso, la industria del fitness, las cirugías plásticas también presentan aumentos en sus cifras.
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