El pasado miércoles 25 de junio, estudiantes de la asignatura Antropología Social y Cultural, impartida por la profesora Areli Escobar Salazar, realizaron una visita a la población Aurora de Chile, ubicada en la ribera del río Biobío en Concepción. La actividad tuvo como propósito desarrollar un ejercicio práctico de Antropología urbana observando un importante proceso de transformación urbana en Concepción. Además la salida a terreno se propuso como un ejercicio de observación etnográfica.
La jornada se desarrolló en la sede de la Junta de Vecinos de la población, donde las y los estudiantes se reunieron con las dirigentas comunitarias Priscila Hernández, Rachel Leal y Marcela Hidalgo, quienes compartieron el recorrido histórico del territorio y el rol fundamental de las mujeres en su conformación. Además, las vecinas recibieron cálidamente al grupo, lo que generó un espacio acogedor y propicio para el diálogo.

Un territorio construido con lucha y autogestión
Priscila Hernández, actual presidenta de la Junta de Vecinos y Vecinas, relató cómo la Aurora de Chile fue formada por familias que migraron desde el sur del país, instalándose en el sector a través de un proceso de ocupación y autoconstrucción que data de principios del siglo XX. Desde sus inicios, fue la organización vecinal —y especialmente la acción de las mujeres— la que permitió levantar infraestructura básica como el alumbrado eléctrico y la instalación de servicios.
“Nuestros viejos le ganaron el terreno al Estado”, expresó Priscila, en alusión a una larga historia de tensiones con las autoridades por la regularización de los títulos de dominio. A pesar de que la comunidad pagó contribuciones a la municipalidad hasta la década de 1980, el Estado nunca entregó formalmente la propiedad del terreno a sus habitantes.
Uno de los hitos más significativos en esta historia reciente fue el conflicto con el Proyecto Rivera Norte, que prometía integración urbana, pero terminó provocando la fragmentación del tejido comunitario. Muchas familias fueron desplazadas a sectores periféricos como Boca Sur y Michaihue, perdiendo así la cercanía al río y los vínculos territoriales que habían construido por generaciones.

El impacto del Puente Bicentenario y la resistencia organizada
Tras el terremoto del año 2010, la construcción del Puente Bicentenario Patricio Aylwin intensificó la presión sobre el territorio. Según relataron las dirigentas, los medios de comunicación retrataron a la población como una toma ilegal, generando rechazo en la opinión pública y justificando la intervención estatal. “No nos preguntaron si queríamos irnos”, señaló Priscila.
Frente a esto, surgió una organización barrial fortalecida, que logró articular una contrapropuesta con apoyo de académicos, arquitectos y profesionales de diversas áreas. Esta propuesta fue reconocida por el gobierno de la época, permitiendo el diseño participativo del Plan Maestro Aurora de Chile, en conjunto con el CEDEUS y otros actores.
Aunque se alcanzaron avances importantes —como el compromiso de que nadie sería trasladado sin su consentimiento y la posibilidad de relocalización en zonas cercanas—, el cambio de gobierno en 2018 truncó la continuidad del proyecto, dejando escombros, basura y terrenos abandonados en el sector.
Autogestión, memoria y futuro
A pesar de los retrocesos, las y los habitantes de la población Aurora de Chile han seguido organizándose. Se han realizado denuncias públicas, gestiones ante autoridades y mesas de trabajo que, aunque no han funcionado al 100%, han permitido ciertos avances, como el acceso a subsidios DS49 y el traslado de un 30% de las familias a proyectos habitacionales cercanos al Mall Mirador Biobío.
Actualmente, las dirigentas enfatizan la necesidad de evitar la fragmentación territorial a través de proyectos pequeños y apuestan por una solución integral que reconozca a quienes han construido históricamente este espacio. “La mayoría de las mujeres eran quienes construían las casas, las calles, ponían la luz. Las mujeres fueron las verdaderas gestoras del territorio”, destacó Priscila, subrayando el protagonismo femenino en la historia barrial.
El encuentro fue una experiencia significativa para el estudiantado, ya que permitió acercarse a una realidad marcada por la resistencia, la autogestión y la construcción colectiva del derecho a habitar dignamente un territorio.
Desde su experiencia, las y los estudiantes destacaron que la salida a terreno se relacionó directamente con las técnicas de etnografía vistas en la asignatura de Antropología, ya que les permitió conocer la historia del territorio contada por la gente misma. Señalaron que quienes desarrollan grandes proyectos —como los inmobiliarios en el caso de la población Aurora de Chile— omiten aspectos fundamentales de la vida cotidiana de las personas que habitan esos espacios. Además, valoraron la posibilidad de aplicar herramientas como el mapa etnográfico y el diario de campo, lo que les permitió comprender la crítica desde el conocimiento situado. Finalmente, destacaron también el rol del liderazgo femenino como un actor clave en los procesos de transformación del barrio.

Departamento de Sociología.